Y es de esta manera en que muchos de los cuentos de mi infancia comenzaban, donde narraban la historia de bellas princesas rescatadas por valientes y varoniles caballeros; donde animales del bosque aprendían lecciones que los harían más trabajadores, más sensibles, más cooperadores; donde Caperucita y la abuela salían del estomago del lobo feroz o donde siempre había un final feliz.
Me pregunto, aun, sí para mi habrá un final feliz, con esa persona que tanto espero que llegue. Es obvio, o espero que lo sea, que aun me queda mucho por vivir, mucho por avanzar, por aprender, pero a veces siento que estoy atorado en un camino donde no puedo salir y buscar a esa persona. Muchos me dicen: "Ya llegará", "Para ser feliz solo necesitas de ti" y cosas por el estilo. Pero yo en ocasiones me pongo triste. Hoy es un día de ellos.
Cuando conozco a alguna persona nueva, me emociono y ando buscando la forma de ser detallista y ser constante. Pero pronto mi ánimo cae, me pongo a pensar todos los contras y el porqué esa persona no me conviene, mi limito a compadecerme y seguir pensando sobre que nunca llegaré a encontrar a alguien para mí.
A veces creo que decidí un camino muy difícil, pero también se, que es una lucha que no me he preparado a combatir por miedo y conformismo.
Es aquí donde concluyo un tema más dentro de este olvidado blog, espero escribir de una manera más frecuente.
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Hace 8 años
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